viernes, 12 de agosto de 2011



Haciendo, siendo parte, trabajando nuevamente juntos, acompañando la lucha y la inmensa tarea de Abuelas de Plaza de Mayo.
Un JUDIO polaco en TEATRO X LA IDENTIDAD 2011
Todos los lunes de agosto en el Teatro IFT a las 20.30
Las entradas gratuitas se retiran una hora antes de la función en la sala.
Ver la programación completa del ciclo en
http://www.teatroxlaidentidad.net/



Foto: Manuela Mateo

lunes, 8 de agosto de 2011

HOY ESTRENO - Teatro X la Identidad - Todos los lunes de Agosto a las 20.30 hs.


En el marco del ciclo TEATRO X LA IDENTIDAD 2011 vuelve...
"Un JUDÍO polaco"

La entrada es gratuita y se retiran con una hora de anticipación en la boletaría del teatro

Funciones LUNES 8, 15, 22 y 29 de AGOSTO a las 20:30 hs.
Teatro IFT - Boulogne Sur Mer 547




Intérpretes
Mariano Caligaris
Rafael Lavin
Nicolás Mateo
Enzo Ordeig
Walter Rosenzwit

Asesoramiento histórico literario Claudio Frydman
Escenografía y vestuario Alejandro Mateo
Diseño de Luces Cristina Lahet
Asistencia de dirección Mercedes Ambrogi
Asistencia técnica Cinthia Chomski

Dramaturgia y Dirección Alejandro Mateo

martes, 31 de mayo de 2011


2011
Un JUDIO polaco


Ahora en 2011 – Nueva versión

4to. Movimiento

Estrenada en el año 2007, con tres temporadas transitadas, donde público y critica nos acompañó, con la participación en el 1er Festival de Teatro organizado por el INADI en la Ciudad de Mar del Plata, “Un JUDIO polaco” realizó sus ultimas funciones dentro del ultimo ciclo 2010 de Teatro x la Identidad.

La obra que originalmente fue pensada para tres actores (Uno encarnaba al hijo, otro al padre y un tercero cubría los otros personajes que la historia requería), hoy como dramaturgo y director del espectáculo y con la alegría de encontrarme con mucha gente que me pregunta por ella y sobre cuando vamos a reestrenarla nuevamente, tengo la certeza que “Un JUDIO polaco” sigue siendo un material vigente.

Ante esto, hoy 2011, intento buscarle una nueva forma que siento el espectáculo pedía.
Es así como los diferentes roles que asumía un solo actor están planteados para ser interpretados por tres actores.
De esta manera la característica coral que estructura el relato, toma una dinámica mas ajustada y la interacción entre personajes toma otra carnadura.
El proceso de ensayos con el nuevo elenco así me lo demuestra.




ALEJANDRO MATEO
Unjudíopolaco
Autor y director

martes, 28 de septiembre de 2010



Fotos: Eduardo Grilli

X la IDENTIDAD, X el nieto 102 recuperado por Abuelas, Xque todos los nietos, Xque todos podamos conocer nuestra historia para hacer con esta un futuro propio, Xque no hay otra manera, Xque el olvido es un arma nefasta con la que algunos insisten,Xque es urgente, Xque es preciso.
Ayer cerramos junto a muchos compañeros artistas, tecnicos y colaboradores el !=mo ciclo de TEATRO X LA IDENTIDAD y fue una fiesta.





sábado, 25 de septiembre de 2010

Otras imagenes de Eduardo Grilli







Este lunes 27...ULTIMA FUNCIÓN!
Teatro Bauen - Callao 360 - 20.30 hs.
Entrada libe
Las entradas se retiran una hora antes de la función.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

martes, 7 de septiembre de 2010

domingo, 22 de agosto de 2010


VOLVEMOS.
"Un JUDIO polaco" en TEATRO X LA IDENTIDAD
Todos los lunes de septiembre en el Auditorio BAUEN a las 20.30.
Callao 360


PAGINA 12 - Domingo 22 de agosto 2010
EL PAIS › LA HISTORIA DE SARA RUS, SOBREVIVIENTE DE AUSCHWITZ Y MADRE DE PLAZA DE MAYO
“Lucho por no olvidar”

Su infancia en el gueto de Lodz. Auschwitz y el trabajo en una fábrica de aviones. Su entrada clandestina en una Argentina que no recibía judíos y una carta a Eva Perón. La desaparición de su hijo y la búsqueda de justicia. Una mujer que recibió en 2008 el premio Azucena Villaflor que da el gobierno nacional y fue declarada ciudadana ilustre de la Ciudad de Buenos Aires hace un mes.

Por Victoria Ginzberg

La mujer levanta la vista. Tiene los ojos húmedos, enrojecidos. “Mayormente no lloro”, dice. Se seca con un pañuelo de papel. Revuelve el té que acaba de servir en la mesa de su departamento de Belgrano. “Mayormente no lloro”, repite Sara Rus. Tiene 83 años. Pero habla y es una nena de doce años que separan de la fila de la lechería del gueto de Lodz, donde fue con su jarrito para conseguir alimento para su hermano porque su madre está enferma y no puede amamantar. Es una nena que ve morir al bebé y no puede contener las lágrimas. Después será la joven que salvó a su mamá de las cámaras de gas de Auschwitz, la que trabajó esclava en una fábrica de aviones y la que se enamoró a pesar de todo. La mujer que llegó a la Argentina tras cruzar de forma ilegal la frontera con Paraguay, la que empezó de nuevo y fue feliz y perdió a su hijo mayor, cuando una patota de la última dictadura se lo llevó de la Comisión Nacional de Energía Atómica. Hoy es la abuela que conmueve a estudiantes en sus charlas y va al gimnasio y baila rikudim. La que cree que la vida vale la pena porque después de todo lo que vivió tiene una mesa para recibir visitas y compartir el pan con una familia que la rodea de amor. “Hago lo que hice toda mi vida, lucho por no olvidar. Para que los nazis de Alemania y los que estuvieron acá nunca más tengan la fuerza que tuvieron.”
Lodz

Schejne María (Sara) Laskier de Rus nació en Lodz, Polonia, en 1927. Fue, hasta 1939, la única hija consentida de Jacobo y Carola Laskier. Su papá era sastre. Hacía trajes a medida para los señores y tapados de piel para las señoras. Sara iba a la escuela y estudiaba violín. Hasta que llegaron los nazis. “Yo no tenía noción de qué pasaba. Mi madre decía ‘si ganan los alemanes vendemos todo y nos vamos de Polonia’. Mi padre creía que iba a ser como en la Primera Guerra. Pero después teníamos que bajar de las veredas, usar la estrella de David para identificarnos. Hubo mucha discriminación que probablemente yo no entendía. Con el correr del tiempo empecé a darme cuenta. Un tío, hermano de mi madre, emigró porque un grupo de chicos polacos le dio una paliza por ser judío. Ya teníamos familia en la Argentina y se vino acá”, cuenta.

Recuerda bien la primera vez que sintió en carne propia la violencia antisemita, aunque en esa oportunidad ni siquiera la tocaron: “Un día aparecieron los alemanes en casa. Cuando entran, con esa prepotencia, ven mi violín sobre la mesa. Uno pregunta ‘¿acá quién toca el violín?’. Mi madre, toda orgullosa, dice ‘mi hija está aprendiendo’. ‘Ah, ¿Te gusta el violín?’, dice y con una fuerza terrible lo revienta en la mesa”.

Pronto tuvieron que dejar el departamento e instalarse en un pieza del gueto. Empezaron las “selecciones”: los vecinos que se subían a un tren con la promesa de una vida mejor en otra parte. El trabajo era obligatorio. El que no trabajaba, no comía. Y el que trabajaba casi no comía. A Sara la mandaron a una fábrica de sombreros: sombreros para mujer, sombreritos para chicos y manguitos de piel para protegerse las manos en invierno. Carola estaba débil y no podía cumplir con las obligaciones impuestas por los nazis. Su hija, que tenía catorce años, se llevaba trabajo a su casa, preparaba una producción extra y la entregaba en nombre de su madre para que no le quitaran la carta de alimentación.

“Mi madre en el año ’40 tuvo un bebé, un nene. Ella estaba muy enferma. Tenía tifus, prácticamente no tenía leche para alimentar al nene. Había hospitales pero con muy pocos recursos. Yo, como una hermanita todavía chiquita, iba a la madrugada a la lechería donde repartían un poquito de leche a la gente que tenía bebés, tenían que presentar un papel. A mí no me consideraron, me ponía en la fila y me echaban, no podía conseguir... El nene vivió tres o cuatro meses y lo más terrible, que mi madre un tiempo largo no se enteró por qué mi padre y yo íbamos al hospital. Casi al año quedó otra vez embarazada, tuvo otro varoncito, que fue liquidado al nacer.” Sara se quiebra. Llora. Aunque en general no lo haga.

Las lágrimas obedecen a la impotencia, a no haber podido intervenir para alejar la muerte. Lo mismo pasaría 37 años después. Frente a los SS, en cambio, sus acciones, sobre todo las más atrevidas, parecen haber salvado su vida y la de su madre.

Pero antes de que la llevaran al campo de concentración le pasó otra cosa. Le pasó Bernardo. “Porque también hay una historia de amor, también pasaban cosas como ésta, por lo menos a esta niña que está hablando”, dice Sara y ahora sus ojos se iluminan.

Bernardo Rus llegó a su casa de la mano de papá Jacobo, que lo encontró un domingo en la calle y lo invitó a cenar porque era “un muchacho muy interesante y daba gusto conversar con él”. Luego, la madre le reprocharía haber traído a un hombre a quien la nena miraba demasiado. Y era verdad. Se llevaban doce años pero Sara se sentía adulta: “Yo lo miré, él me miró... y empezó a venir más a menudo. Estábamos enamorados. Yo tenía una libretita en la que él me anotó que si algún día sobrevivimos, el 5 del 5 del ’45 nos vamos a encontrar en el edificio Kavanagh de Buenos Aires. El sabía que yo tenía familia en Argentina, se hablaba de eso en mi casa y él leía mucho sobre Argentina”. Pero antes de esa fecha Sara y sus padres tuvieron que dejar el gueto.
Auschwitz

Habían sobrevivido a muchas “selecciones”. A la madre, que era flaquita, le rellenaban la ropa y le pintaban la cara para que tuviera mejor semblante. De todas formas llegó el día en que rodearon la casa y les dijeron que llevaran lo mínimo posible. Sara eligió una mochila muy chiquita que ella misma había cosido antes de la vida en el gueto. No reparó en meter bombachas. En cambio, puso algunas fotos familiares y la libretita en la que Bernardo anotó la fecha de su reencuentro: “Yo pensaba que podía ser... algún día, pero llegó un momento que dejamos de pensar. Y empezó el viaje a Auschwitz”.

–¿Cómo fue?

–Nos fuimos los tres, con algunos vecinos y otros que no conocíamos.

–¿Ya sabían de qué se trataba?

–Absolutamente no sabíamos a dónde nos llevaban. En el viaje fuimos apretujados, sucios. Ponían un balde para hacer las necesidades. Se viajaba en un tren de animales. Se veía que la gente se caía de hambre.

–¿Cuánto duró?

–Nunca supe. Perdí la noción del tiempo. Llegamos a Auschwitz. Nos llevaron a Birkenau, a una plaza enorme y empezó la selección. A los hombres directamente los sacaron. Nunca más vi a mi padre. Te dabas cuenta quién iba a un lado y quién a otro por cómo estaban físicamente. Mi madre estaba a la miseria, pero era una mujer muy bonita y todavía muy joven. Pero me la llevaron. La pusieron de un lado y a mí del otro. En mi casa hablábamos alemán y cuando veo que me encuentro sin mi madre... me atreví a acercarme a un SS con un rebenque que estaba en el medio de la plaza. La gente me miraba. Pensaba que me iban a matar. El me mira y me dice ‘cómo te atrevés a acercarte’. Le dije en alemán ‘¿por qué me sacaste a mi madre?’. Si hoy pienso lo que hice... Me mira y me dice ‘¿de dónde hablás alemán?’. Le dije que en mi casa se hablaba. Me preguntó ‘¿cuál es tu madre?’ y me dijo: ‘Andá a buscarla’. La primera salvada. Desde ese entonces mi madre estaba siempre conmigo. Sobrevivió a la guerra conmigo. Pero pasamos momentos muy duros.

Las mandaron a los baños, les cortaron el pelo, les dieron ropa que no les quedaba y las llevaron a una barraca donde se amontonaron en el piso de cemento. No tenían que hacer nada, excepto salir y formar para que las contaran. Todos los días sacaban algunas mujeres de la fila. Mujeres que no volvían. A diferencia de la mayoría de los prisioneros, no las marcaron con un número. “Llegamos en el ’44, estábamos destinadas a ir al gas.” Pero no fueron. Las seleccionaron para trabajar en una fábrica.
Alemania, Austria

Después de dos meses en Auschwitz, se subieron otra vez a los trenes para viajar como animales que van al matadero. Las ubicaron en una fábrica de aviones en Alemania. Sara tenía que remachar las chapas de las alas con una pistola de aire comprimido que casi no podía sostener. “Siempre decíamos, ningún avión de acá se va a levantar”, recuerda. En un turno nocturno, no vio los rieles que estaban en el piso y se cayó para atrás. Casi se corta en dos. En la enfermería, una rusa la trató como a una enemiga de guerra.

“Había que trabajar todos los días. Pero yo no podía levantarme de la cama. Apareció un alemán que me dijo: ‘qué bien que te lo hiciste, vos pensaste que no vas a trabajar, que vas a estar acá descansando’. Yo era un poco atrevida, o no me importaba más nada. Se ve que no pensé o no me interesó. Era bastante rebelde, parece. Le dije en alemán: ‘¿qué me dijiste, que me hice esto a propósito? Sí, señor, me lo hice a propósito para quedarme acá, pero no me imaginaba que iba a perder tanta sangre’. Mi mamá empezó a gritar ‘no le hagas caso, está loca, no sabe lo que dice’. Las chicas que estaban en la habitación se quedaron mudas de miedo. pensaban que nos iban a matar a todas por mi culpa. Un rato después aparece una alemana, una SS, y me dice ‘tenés suerte, el jefe dijo que te mandemos algo de comer’. No podía creerlo”, relata.

–Todas las veces que se rebeló le fue bien.

–Una vez, en una charla que di, un abogado explicó que pude sobrevivir porque, para los alemanes, mientras vos no te rebelás, no les contestás, no sos nadie, nada. Se ve que los impacta que alguien se les anime a contradecirlos y enfrentarlos. Igual, mi descanso no duró mucho.

Después del accidente la mandaron a trabajar a la cocina como pelapapas. A veces podía comerse una papa cruda y también traficaba en el forro de un tapadito cáscaras y pedazos de papas para sus compañeras. “Uno no se puede dar idea de lo que puede significar una papa o la cáscara de una papa. Es el alimento más importante que uno puede imaginarse”, dice. Y sabe.

Los aliados estaban cerca, así que otra vez subieron a los trenes. Esta vez rumbo al campo de concentración de Mauthausen, en Austria, donde finalmente fueron liberadas: “El mismo día que llegamos la Cruz Roja ocupó el campo. Y dejaron de matar. Los alemanes se estaban empezando a organizar para retirarse y todavía tenían ese descaro de decirnos si queríamos ir con ellos porque venían los americanos. Fuimos liberados el 5 del 5 del ‘45. Este día yo fui liberada. Esta fecha quedó en mi mente pero yo no sabía nada de Bernardo y él no sabía nada de mí”.

En Mauthausen Sara recibió una carta. Bernardo la estaba buscando. Y ella fue a verlo. No fue en el Kavanagh, pero no importó. Se casaron y buscaron trabajo. Sara se incorporó a una compañía de teatro. Empezaba a reponerse pero un médico le dijo que debido al accidente que había sufrido en la fábrica no iba a poder tener hijos. “Mi esposo estaba totalmente resignado, basta que me tenía a mí, que nos habíamos podido reencontrar y estar juntos. Para mí, fue un golpe terrible.”
Argentina, vía Paraguay

En Buenos Aires, el tío de Sara estaba dispuesto a recibirla junto a su madre y su esposo. Pero el gobierno de Juan Domingo Perón no le abría las puertas a los judíos. Después de un viaje en avión accidentado, en el que se incendió una turbina y algunos religiosos querían también prender velas porque era viernes, llegaron a Paraguay.

“Oficialmente no podíamos entrar a la Argentina –relata–; teníamos que pasar ilegalmente con un barquito, juntar un poco de plata para dar a una persona que nos cruce la frontera. Eramos diez. Nadie hablaba una palabra de castellano. Nos llevaron a Clorinda. Y el tipo se mandó a mudar. Nos dejó solos, de noche, con lluvia. Hasta que vino un policía a caballo con un rifle. Sentó a mi madre arriba del caballo y a mí me dio el rifle. Nos llevó a su casa a los diez, con su mujer y no sé cuántos chicos y nos dieron de comer. Pero al otro día nos llevaron en micros a Formosa y nos metieron en la cárcel. Pero era una cárcel... qué querés que te diga, los muchachos, los vigilantes nos tenían tanta lástima. Había más de cien personas. A algunos los llevaron después a casas particulares y a nosotros al templo. ¿Pero cómo se hace para ir a Buenos Aires? Nos decían que nos iban a mandar de vuelta a Paraguay. Mi esposo era un hombre muy inteligente. Ya sabíamos que existía Eva Perón, que ella hacía mucho por la gente. El se atrevió a mandar una carta en polaco a Eva Perón. Le contaba nuestra historia. Se ve que le llegó, la hizo traducir y mandó a decir que no nos asustemos y que nos iban a mandar pases para ir a Buenos Aires. Efectivamente después de un tiempo nos mandaron los pases a todos los que estábamos allá. Y nos vinimos a Buenos Aires.”

Había que empezar de cero. Bernardo se inició en el oficio de anudador textil y, asegura su mujer, llegó a ser el mejor de Villa Lynch. Sara no se resignó a la idea de no tener hijos y fue a ver a un médico que para su sorpresa le dijo que no tenía nada, sólo un cuerpo que había sufrido mucho y necesitaba reponerse. Daniel nació el 24 de julio de 1950. Y cinco años después llegó Natalia: “El de Daniel fue un embarazo complicado porque era un cuerpo complicado. Pero resistí. Era un chico hermoso y desde chiquito fue brillante en todo: en el colegio, se recibió de lo que él quería, fue físico nuclear.... Hasta el año ’76 lo tenía yo”.

Sara dice que Daniel no militaba, pero que seguramente era peronista. Que ella no sabía nada porque su única preocupación era rehacerse. “Recién empezábamos a vivir”, apunta.

El 15 de julio de 1977, a las dos y media de la tarde, Daniel Rus fue secuestrado en la puerta de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), donde trabajaba. Otros veinte físicos empleados de ese organismo fueron detenidos ilegalmente durante la última dictadura. A Daniel lo subieron a una camioneta. Esa fue la última vez que alguien lo vio. No hay testimonios que lo ubiquen en algún centro clandestino de detención, aunque su madre sospecha que estuvo en la Escuela de Mecánica de la Armada, ubicada en la vereda de enfrente de la CNEA.

Cuando Daniel no llegó a casa, Sara y Bernardo pensaron que había tenido un accidente. Recorrieron comisarías y hospitales, hasta que fueron a la CNEA y se enteraron de que estaba desaparecido. “Ahí empecé yo a luchar – dice Sara, como si su vida anterior quedara reducida ante la pérdida de su hijo–. Fui al Ministerio del Interior, presentamos hábeas corpus, mi esposo escribió cartas a todo el mundo, el Papa incluido, y me incorporé a las Madres de Plaza de Mayo y empecé a dar vueltas a la plaza. Antes había entrado a una agrupación de sobrevivientes de la guerra. Lo más triste fue que cuando desapareció Daniel esa gente, hasta los mismos sobrevivientes, empezaron a alejarse de nosotros por el miedo que había en el país. Una chica que también fue secuestrada, hermana de un muy amigo de Daniel que está desaparecido, nos contó que en la sala de torturas había esvásticas. Estaba claro que acá habían aprendido una buena lección de los nazis... A mí me parecía que era imposible perder a este hijo. Un día subí a la terraza de mi casa y grité tan fuerte, llamándolo, pensando que él en algún lado podía estar escuchando. El siempre decía ‘vos sos tan fuerte mamá’. Y yo no pude hacer nada por él.” Sara llora. Es otra vez la impotencia.

–Lo buscó, reclamó a las autoridades, a la Justicia, se unió a las Madres...

–Es verdad, pero me imagino que eso es lo que él pensó. No sé de qué manera lo mataron, cómo lo hicieron sufrir. Mi madre vivió hasta los noventa años conmigo, pero en el momento en que me llevaron a mi hijo dejó casi de hablar. No le interesó más la vida. Murió con su dolor y no pudo ver todavía bisnietas, lo que yo estoy deseando.

–¿Y qué pasó con su esposo?

–En el ’77 dijo que estaba esperando que venga la democracia, que en algún momento vamos a tener que pasar a estos asesinos. Y en el ’83 dijo: ‘si mi hijo en seis meses no vuelve, yo ya no tengo nada que hacer’. Vino la democracia, pasaron seis meses, mi esposo se enfermó de un tumor y falleció el 2 de mayo de 1984.

“¿Sabés lo que todos me preguntan –se adelanta Sara–, de dónde saco mis fuerzas? Yo lucho por no olvidar. Lucho por la memoria. Para que jamás los nazis de Alemania y los que estuvieron acá tengan la fuerza que han tenido. La memoria es lo más importante, porque si no se tiene memoria las cosas vuelven a pasar. La fuerza sale de que gracias a Dios tengo una familia, una hija, un yerno, dos nietas, las Madres de Plaza de Mayo, los amigos que hice y que me quieren... Mi madre me decía, cuando estábamos en Alemania, ‘vas a ver que todavía vamos a tener un pan sobre la mesa’ y yo le contestaba ‘¿en qué mesa?’. Yo digo que la vida es linda porque si pasó todo eso y tengo una mesa y puedo recibir visitas, puedo servir y estar rodeada de amor... qué más se puede pretender. La vida es hermosa, si uno no quiere vivir es fácil morirse.” Y apunta: “Yo tengo mis recuerdos bien adentro. Si todavía puedo pensar, puedo contar, y mientras pueda contar, lo voy a seguir haciendo”.

Imagen: Leandro Teysseire

miércoles, 14 de julio de 2010


Página/12

Miércoles, 14 de julio de 2010



EL PAIS › HOMENAJE AL ESCRITOR JACK FUCKS EN LA LEGISLATURA
Una biografía que es testimonio


La Legislatura porteña distinguió ayer como Personalidad Destacada de los Derechos Humanos al escritor y sobreviviente de Auschwitz Jack Fucks. “Jack es alguien que no sólo trae un relato sino además un cuerpo vivido, que ha tenido la capacidad de transformar su biografía en testimonio”, destacó la diputada Diana Maffía, impulsora del proyecto.

El acto tuvo lugar en el Salón San Martín de la Legislatura y contó con la presencia de Fucks, Maffía y el rabino Daniel Goldman. El escritor, de 86 años, recibió cálidas muestras de afecto de familiares y compañeros de ruta que se acercaron a saludarlo antes del comienzo de la ceremonia.

“Tengo mucha admiración por el trabajo de Jack, por su espíritu cuestionador”, confesó Maffía al presentar la distinción. Goldman resaltó el valor de brindar un testimonio. “Este es un reconocimiento a todos los sobrevivientes que toman como meta seguir relatando, seguir contando”, sostuvo el rabino, que aseguró que “la única manera de transformar el mundo es seguir reparando”. En ese momento se le hizo entrega a Fucks del diploma y la medalla que lo acreditaron como personalidad destacada.

“Un día perdí a toda mi familia –dijo el homenajeado–. Después fui condenado a trabajar. Por suerte, también estuve condenado a vivir”, recordó. “Hay días en los que parece que ocurrió ayer y días que parece como si nunca hubiera pasado. Pareciera que el Jack Fucks en el ghetto de Lodz de 1940 no fuera el mismo que el de 2010. En algún lado se interrumpió esa división”, consideró.

Jack Fucks nació en Lodz en 1924. A los quince años los nazis lo encerraron en el ghetto local hasta que lo deportaron a Auschwitz y lo “seleccionaron” para trabajar. Más tarde fue trasladado a Dachau, donde permaneció hasta el fin de la guerra. Vivió algunos años en Estados Unidos y en los sesenta se instaló en Buenos Aires. La primera vez que contó su historia en los campos fue en una entrevista con Página/12, hace casi veinte años. Desde entonces se dedica al estudio del Holocausto. Ayer, al recibir la distinción, volvió a recordar los horrores de la guerra pero cerró con una nota de esperanza: “Aquí hay mucha gente joven, ojalá en el futuro se pueda inventar algo y encontrar algo de paz”, expresó.

Informe: Federico Poore.

miércoles, 2 de junio de 2010


Pagina 12 - 2 de junio del 2010 - Contratapa


65 años después de la derrota del nazismo

Por Jack Fuchs *

Mayo de 1945: la Alemania nazi derrotada, su ideología vencida, el fin de la Segunda Guerra Mundial. Fueron seis años de guerra, sesenta millones de muertos. Han pasado 65 años. Mucho se ha escrito sobre la tragedia, el conflicto bélico, las víctimas, la destrucción.

Desde esa fecha hasta la actualidad, los conflictos y las guerras en nuestro mundo no cesaron y las víctimas se siguieron multiplicando. ¿Quiénes son las víctimas? Algunos investigadores incluyen en la categoría de “muertes en guerras y conflictos” sólo a los muertos en “campos de batalla”. Algunos excluyen muertes causadas por bombas y muchos no consideran a aquellos seres humanos muertos por hambrunas o enfermedades, resultado de enfrentamientos y otros conflictos armados.

Las discusiones son interminables y complejas. Pero lo que no deja de inquietarme es el empecinamiento que tenemos por deshumanizar a estas víctimas. Se habla casi siempre de guerras entre ideologías o en contra de ellas. Se justifican y explican por motivaciones geopolíticas y económicas. Siempre excusas para alejar el fantasma que nos aterra como seres humanos: nuestra propia agresividad, injustificable, siempre.

No puedo dejar de remitirme a mi propia experiencia. De niño, oía hablar de la Guerra Civil Española, de la lucha armada entre nacionalistas y republicanos. De la crueldad de los enfrentamientos, de los muertos que éstos provocaban. Pero esos muertos sólo eran franquistas o republicanos. Se trataba de ideologías enfrentadas, no de compatriotas que se aniquilaban, de seres humanos enfrentados de la manera más terrible. No eran españoles contra españoles, campesinos luchando contra campesinos, hombres de ciencia contra hombres de ciencia, vecinos contra vecinos. Sólo ideologías. Este argumento fue utilizado y sigue siéndolo a la hora de explicar lo inexplicable. Yo mismo tardé muchos años en poder deshacerme de todas las excusas y justificaciones y enfrentar el dolor y aceptar que se trató de hombres contra hombres. O más bien en singular: del hombre contra el hombre.

Muchas veces pienso que la necesidad de deshumanizar viene de la imposibilidad de aceptar que el ser humano es el peor enemigo de sí mismo. Esta mirada, la que nos lleva a cuestionarnos el origen de las guerras, o más bien las explicaciones que damos para poder digerir estas tragedias que nosotros mismos generamos, me deja en un lugar distinto frente a la tragedia de la cual fui testigo y víctima.

A comienzos del nazismo, las víctimas eran aquellos alemanes que se oponían al régimen. Los primeros campos de concentración fueron para terminar con comunistas, socialdemócratas –éstos constituían una fuerza política muy importante en la Alemania de preguerra– y con aquellos integrantes del propio partido nazi que ejercían alguna oposición interna. Las víctimas del nazismo no fueron sólo judías. A ellas se sumaron los gitanos, los testigos de Jehová, pueblos eslavos, aquellos llamados pueblos asiáticos de la Unión Soviética considerados pertenecientes a razas inferiores y las elites política, intelectual y cultural de Polonia y de la Unión Soviética, incluyendo a numerosos miembros de la Iglesia Católica.

El nivel de autodestrucción del pueblo alemán no tuvo límites. En 1942 un joven alemán de 17 años, Helmuth Hübener, fue guillotinado por los nazis en la prisión de Berlín. Arrestado por la Gestapo por distribuir panfletos contra el régimen, fue sentenciado a muerte. La corte que lo juzgó tomó esa decisión basada en que el joven “mostraba una inteligencia superior a la promedio para un joven de su edad”. Por esta razón, debía ser castigado como un adulto. El juez que lo envió a la guillotina no fue juzgado, ya que murió unos días antes del final de la guerra, en un bombardeo. Actualmente un Centro Juvenil en la ciudad de Berlín lleva el nombre del joven alemán. Una historia que estremece.

Una vez más, a pesar de los años que pasan, siguen siendo muchos los misterios que guardan las conductas humanas.

* Pedagogo y escritor. Sobreviviente de Auschwitz.

martes, 2 de marzo de 2010


Revista Ñ
Martes 16 de febrero del 2010
Nota de Jorge Fondebrider

Una voz callada por el nazismo
Muerto en Auschwitz, el filósofo, cineasta y poeta rumano, Benjamín Fondane acaba de ser homenajeado en París. Fue discípulo de Léon Chestov, se relacionó con los surrealistas y viajó a Buenos Aires invitado por Victoria Ocampo.

La primera vez que oí el nombre de Benjamín Fondane fue en Dublín, en 1997, donde Harry Clifton –uno de los muy buenos poetas irlandeses de la actualidad– me preguntó si lo conocía. "Estuvo en la Argentina –me dijo–. Lo llevó Victoria Ocampo. Era poeta, ensayista, hizo una película en Buenos Aires. Una personalidad extraordinaria". Me olvidé del asunto y pasaron los años, hasta que, en 2006, Edgardo Cozarinsky publicó un excelente artículo sobre Fondane en La Nación. Al tiempo, me lo crucé en la calle y ya no recuerdo a santo de qué, me dijo que la película de Fondane era un misterio, que se había perdido, que a él le hubiera gustado saber más. Por eso, cuando a principios del gélido enero pasado, en el marco de la extraordinaria exposición "Benjamín Fondane" –abierta al público parisino entre 14 de octubre de 2009 y el 31 de enero de 2010–, vi en una pared del Mémorial de la Shoah (Musée, Centre de Documentation Juive Contemporaine), del 17 rue Geoffroy l'Asnier, la proyección de los pocos fotogramas sobrevivientes de la mítica Tararira, la película que Fondane filmó en Buenos Aires, consideré que era absolutamente imprescindible conocer a quien, hasta entonces y sólo por mi ignorancia, había sido apenas un curioso personaje de los tantos que Victoria Ocampo "importó" a la Argentina. Hoy puedo asegurar que Benjamín Fondane es mucho más que eso.

Una cronología

Nacido Benjamín Wechsler, en Moldavia, el 14 de noviembre de 1898, fue hijo de un comerciante. Su madre, en cambio, provenía de una eminente familia de intelectuales judíos de Galicia, Polonia. Entre 1904 y 1913 hizo sus estudios primarios y secundarios en Jassy. Posteriormente, en 1919, ya en Bucarest, comenzó estudios de Derecho, que abandonó al cabo de tres años.

Su vocación literaria había despuntando en 1912, cuando, todavía en la secundaria, publicó en la revista Valuri, con el seudónimo de B. Fundoianu, que utilizará durante sus años rumanos. Más adelante colabora con artículos, reseñas, poemas y traducciones en diversas revistas.

En 1917, año en que muere su padre, Fondane conoce al poeta simbolista Ion Minulescu, quien lo alienta y estimula para que escriba. Un año más tarde, publica el drama Tagaduinta lui Petru (El renunciamiento de Pedro). Para 1919 ya se desempeña como corrector de un períodico sionista, publica artículos en diversas revistas y se vincula con los grupos de la vanguardia literaria rumana. Sin embargo, en 1921, con la publicación de Imágenes y libros de Francia, un volumen dedicado a la literatura de ese país, advierte en el prólogo que considera a la literatura rumana completamente dependiente de todo lo que se escribe Francia, afirmación por la que fue duramente criticado. Dos años más tarde, luego del fracaso de una aventura teatral en la capital rumana, se instala en París, como cuidador y archivista en el departamento del escritor y crítico Remy de Gourmont. Allí cambia su apellido literario y "nace" Benjamín Fondane.

Chestov y la Argentina

En 1924, Fondane conoce a Léon Chestov, filósofo existencialista nacido en Ucrania como Lev Isaákovich Shestov, quien, al revelarle hasta qué punto las cuestiones estéticas que le interesan para su propia obra ocultan una dimensión filosófica, se convierte en su maestro.

De a poco y sin dejar de visitar a Chestov, Fondane va haciendo pie en la vida cultural parisina. En 1925, cuando en Bucarest se funda la revista vanguardista Integral, Fondane se hace cargo de la redacción parisina y envía frecuentes artículos sobre René Clair, Jean Cocteau, Jacques Copeau, Tristan Tzara, Max Jacob y Pierre Reverdy, entre muchos otros. Algo después, comienza a escribir poesía en francés. Para sobrevivir, trabaja en una compañía de seguros.

En abril de 1928, luego de haber formado parte del grupo Discontinuité, junto con Arthur Adamov, publica Trois Scenarri. Ciné-poémes, su primer libro francés, a la sazón ilustrado por Man Ray. Luego, una colección de cuentos jasídicos que traduce del rumano. Un año después, en la revista Europe, publica sendos artículos sobre Léon Chestov y Edmond Husserl. En la casa del primero, por casualidad, conoce a Ortega y Gasset y a Victoria Ocampo, quien, unos días después, lo invita a cenar junto con Drieu La Rochelle. Pero ambos escritores se pelean violentamente y la velada termina mal. Impresionada por las opiniones y el carácter de Fondane, Victoria Ocampo lo invita a Buenos Aires para que presente películas vanguardistas – Entr'acte, de René Clair y Francis Picabia, Étoile de mer, de Man Ray y Chien andalou, de Buñuel, entre otras– y para que dicte una serie de conferencias en la Universidad de Buenos Aires. Así, en julio de ese 1929, Fondane parte para la Argentina, donde permanecerá por tres meses. Durante esa visita hablará en Filosofía y Letras de "Léon Chestov y la lucha contra las evidencias", comenzará a colaborar con Sur e, invitado por Eduardo Mallea, con La Nación.

De vuelta en París, escribe sobre Rimbaud, sobre Paul Valéry, sobre Tristan Tzará. Conoce a Antonin Artaud, cuyas teorías teatrales defiende con fervor y, paralelamente, entra en los estudios de la Paramount, como asistente de dirección y guionista.

En 1930 publica "Du muet au parlant: Grandeur et decadence du cinéma" (póstumamente incluido en Ecrits pour le cinéma. Le muet et le parlant, que incluye diversos textos –entre otros, la correspondencia entre Fondane y Victoria Ocampo y varias cartas a Freddie Guthman–, reunidos por Michel Carassou, Olivier Salazar-Ferrer y Ramona Fotiade).

En 1931 se casa con Geneviève Tissier y en 1933, comienza a transcribir sus conversaciones con Léon Chestov (que más adelante darán lugar a Rencontres avec Léon Chestov). A su vez, publica Rimbaud le voyou, donde critica y satiriza la presunta conversión del poeta al catolicismo cuando yacía en su lecho de muerte. Tal punto de vista, sostenido por la hermana de Rimbaud y su marido, había sido defendido por Paul Claudel. Fondane, en cambio, hace una lectura existencial y psicoanalítica de Rimbaud. Ese mismo año, participa como guionista del film Rapt, resultado de la adaptación de La séparation des races, de Charles-Ferdinand Ramuz, el escritor suizo más célebre de su tiempo.

Un año más tarde, Fondane publica Psychanalyse d'Edgar Poe. En la casa de Chestov, conoce a Martin Buber, con quien dialoga largamente sobre la situación en Alemania y el ascenso del nazismo.

En 1935 tiene lugar una polémica a propósito de Kierkegaard con Jean Wahl, el futuro fundador del Colegio Filosófico de París, luego de que Fondane publicara en los Cahiers du Sud su artículo "Héraclite le Pauvre. Nécessité de Kierkegaard".

Otra vez Buenos Aires

Para 1936 Fondane es un escritor conocido y apreciado en los círculos literarios y filosóficos parisinos, aunque no popular entre el público. Ese año publica Conscience malheurese, que incluye ensayos sobre Chestov, Husserl, Heidegger, Berson, Gide y Kierkeggard. En abril viaja por segunda vez a Buenos Aires, nuevamente a instancias de su amiga Victoria Ocampo. En los años previos, ella lo había instado a filmar Don Segundo Sombra, para lo cual Fondane se aboca a la escritura de un guión, que Adelina del Carril, viuda de Güiraldes, reprueba. Los planes cambian y empieza entonces la funambulesca historia de Tararira. Según ha escrito Cozarinsky, el objeto del nuevo viaje es la realización de "un film dirigido por Fondane, producido por Miguel Machinandiarena e interpretado por cuatro desopilantes actores y músicos españoles, los hermanos Aguilar: Paco, Pepe, Ezequiel y Elisa. Según Ricardo Lida Nirenberg, al que debemos estos datos, María Rosa Oliver describe en su autobiografía la escena del Bolero de Ravel que los cuatro Aguilar tocaban con utensilios de cocina y que se convirtió en el elemento central de la película: audacias que terminaron por aterrar al desventurado productor, que se negó a distribuirla. Para colmo de males, Tararira se ha perdido para siempre, y sólo quedan testimonios como el de Gloria Alcorta, que recuerda haberla visto en una exhibición privada, y para la cual la escena del Bolero, inolvidable, 'es una obra maestra en la historia del cine' ".

Ese mismo año, y para las fechas en que Fondane estaba en Buenos Aires, tuvo lugar en la ciudad un congreso del Pen Club especialmente áspero, dado el comienzo de la Guerra Civil española. A su regreso en barco, Fondane conoce a Jacques y Raïsa Maritan, así como al poeta italiano Giuseppe Ungaretti. "El filósofo católico –escribe Cozarinsky– había sido invitado a la Argentina por grupos neotomistas y deja el país mal visto por sus anfitriones, entre otros Delfina Bunge de Gálvez: se ha declarado antifranquista; por otra parte, su mujer, aunque convertida, es una judía rusa. En esa pareja Fondane reconoce un reflejo invertido de su matrimonio con una católica francesa. La correspondencia de Maritain y Fondane pronto se convierte en un diálogo menos de religiones que de espiritualidad, y su amistad iba a sobrevivir a la muerte del poeta en la correspondencia del filósofo con Geneviève Fondane".

Premoniciones

Durante 1937 publica poemas y numerosos artículos sobre filosofía. De 1938 –el año de la muerte de Chestov– es su Faux Traité d'esthétique. Fondane se naturaliza francés, lo que tendrá complejas consecuencias en el futuro próximo.

En 1939 Victoria Ocampo se entrevista por última vez en París con Fondane. Intenta convencerlo de que abandone el país, pero él se niega y le entrega un ejemplar manuscrito de los Rencontres avec Léon Chestov. En el sobre se lee: "Chestov. Manuscrito sin terminar que contiene las cartas que Chestov me escribió y mis conversaciones con él. Dejo en manos de Victoria Ocampo el manuscrito en el que trabajo. En caso de guerra, puede ser utilizado como a ella le parezca. En consecuencia, ella está autorizada abrir este sobre". Victoria Ocampo entonces le dijo que consideraba que él estaba exagerando, a lo que, según el testimonio de la escritora, él respondió: Creo que habrá una guerra. Creo que ya no volveremos a vernos".

Cuando Francia fue invadida por los alemanes, en 1940, a Fondane lo movilizaron con el 216 regimiento de infantería. En Sainte-Assise, cerca de Fontainebleau fue tomado prisionero, pero consiguió escaparse. Luego, vuelto a capturar, fue dejado en libertad por razones de salud. Las publicaciones, mientras tanto, se multiplican: Fondane escribe sobre hinduismo, sobre Lévy-Brühl y, entre 1941 y 1942, el entonces inédito Baudelaire et l'expérience du gouffre, texto que quedará incompleto y al que la crítica juzgará muy superior al que por esos mismos años Jean-Paul Sartre dedica al poeta de Las flores del mal.

El fin

Bajo la ocupación, se niega a usar la estrella de David y frecuenta a sus compatriotas Stéphane Lupasco, Emil Cioran y Jean Lescure, al tiempo que toma cursos con Gaston Bachelard en la Sorbonne. A pesar de la insistencia de Victoria Ocampo y sus amigos argentinos, que tratan infructuosamente de conseguirle un pasaporte, Fondane se niega a abandonar París. Sigue escribiendo y publicando hasta que el 7 de marzo de 1944 es arrestado, junto con su hermana, por la policía francesa. Luego vino su internación en Drancy –el campo de concentración creado por los alemanes al norte de París– y una oferta de liberación debida a la intervención de numerosas personalidades de la cultura. Pero Fondane se niega a abandonar a su hermana y ambos son deportados a Auschwitz el 30 de mayo. Según el testimonio de un sobreviviente, el 2 o el 3 de octubre Fondane fue conducido a la cámara de gas de Auschwitz-Birkenau.

Rescate de una obra

"La noticia de la muerte de Fondane –se lee en uno de los paneles de la muestra a él consagrada en París– sólo fue conocida en octubre de 1945. Su mujer se ocupará de la edición de sus obras, principalmente de la aparición de Baudelaire ou l'expérience du gouffre en la edición de Seghers (1947)". Asimismo, ayudada por Jean Lescure, propondrá a Editions de Minuit la publicación de las obras completas de Fondane, proyecto que, pese a la aceptación inicial, nunca se llevará a cabo. Fondane cae entonces en una suerte de olvido, sólo interrumpido en los años ochenta, cuando diversas editoriales francesas y rumanas recomienzan a publicarlo y dan a conocer textos inéditos.

En 1978, la revista Non-Lieu dedica un número de homenaje a Fondane. Un año después, Michel Carassou reedita las principales obras de Fondane en la editorial Plasma. En 1994, Monique Jutrin crea la Société d'Études Benjamin Fondane, que anualmente publica los Cahiers Benjamin Fondane. El primer coloquio internacional en su honor tuvo lugar en la Universidad de Jassy (Rumania) con motivo del cincuentenario de su asesinato.

Para 1998, año del centenario del nacimiento de Fondane, la prestigiosa revista Europe le dedica un libro y tienen lugar diversos coloquios en Royaumont Haifa y Jassy. Ese mismo año, varias de sus obras son reeditadas por la editorial Paris-Méditerranée.

El 14 de noviembre de 1999, en la fachada del 6 de la rue Rollin, en el Quinto Distrito de París, se colocó una placa conmemorativa.

Siete años más tarde, en el comienzo de la misma calle, se inauguró el 21 de mayo un plaza Benjamin Fondane. De ese mismo 2006 data Le mal des fantomes, suerte de obra poética completa, reunida por Patrice Beray y Michel Carassou, con prólogo de Henri Meschonnic. Hasta donde pude averiguar, ninguna de sus obras fue traducida al castellano.

viernes, 1 de enero de 2010



PAGINA 12 - Suplemento Radar

Domingo, 27 de diciembre de 2009

VALE DECIR
La terrible historia de Yitzhak Ganon
El Holocausto judío sigue dejando historias que no dejan de salir a la luz.

Yitzhak Ganon tiene 85 años y vive en Petach Tikva, cerca de Tel Aviv. Evitó a los doctores toda su vida. Hace poco, según el sitio alemán de noticias Spiegel Online, Yitzhak Ganon volvió a casa y se sintió mal, tan mal que no pudo resistirse a que lo llevaran al hospital. Al llegar tuvo un ataque cardíaco y los doctores tuvieron que operarlo. Pensaron que no sobreviviría la operación, porque descubrieron que tenía un solo riñón.

Al despertar de la anestesia, Yitzhak finalmente contó la historia de por qué evitó a los doctores toda su vida, y dónde fue a parar su riñón perdido.

“Soy de Arta, una ciudad al norte de Grecia. Un sábado, el 25 de marzo de 1944, apenas habíamos prendido las velas del Sabbath en casa cuando un oficial de las SS y un policía griego entraron y nos dijeron que nos preparáramos para un largo viaje”, relata el sobreviviente, que se levanta la manga de la camisa para mostrar un número tatuado con tinta azul en su antebrazo izquierdo.

El padre de Yitzhak murió en el viaje a Auschwitz. Su madre y sus cinco hermanos fueron a las cámaras de gas. A él le tocó un destino terrible: fue a parar al hospital de Auschwitz-Birkenau, donde el ángel de la muerte, el doctor Mengele, realizaba experimentos inenarrables con los prisioneros.

A Yitzhak lo ataron a una mesa de operaciones y ahí nomás, sin anestesia ni nada, Mengele lo abrió y le sacó un riñón. “Lo vi palpitando en su mano y grité como un loco, supliqué que me mataran, para no sufrir más.”

Luego de más experimentos, cuando no tenían nada más que hacer con él, lo enviaron a la cámara de gas y se salvó por la burocracia nazi: entraban como máximo doscientos prisioneros, él era el número doscientos uno.

Yitzhak volvió a Grecia tras la liberación de Auschwitz, se reencontró con dos hermanos que sobrevivieron, emigró a Israel en 1949. Se casó y juró nunca más ir al médico.

Ahora, tras un segundo ataque al corazón que concluyó con la implantación de un marcapasos, reconoce que los médicos le salvaron la vida. Una vez más, Yitzhak Ganon escapó a la muerte.

viernes, 31 de julio de 2009

"... Una de las debilidades del hombre europeo de finales y principios del siglo ha sido el no creer en el absurdo, en el horror, en el crimen gratuito, en lo diabólico. El haber olvidado que ciertas cosas, ciertos horrores, habían sucedido entre nosotros no hacia tanto tiempo, y el no haber sospechado que podían suceder de nuevo bajo otra máscara, y por otros motivos, pues ciertos horrores lo importante es que ocurran. Que el hombre, y el hombre civilizado, haya sido capaz de cometerlos; los motivos... se inventan. El complicado proceso de endiosamiento y sus crimenes podrán resumirse diciendo que es el triunfo de la destrucción. El hombre occidental embriagado del afán de crear, quizás ha llegado a querer crear desde la nada, a imagen y semejanza de Dios. Y como esto no es posible se precipita en el vértigo de la destrucción; destruir y destruirse hasta la nada, hasta hundirse en la nada..."

Maria Zambrano
"La agonía de Europa"

domingo, 19 de julio de 2009


Diario LA NACION
Espectáculos
Domingo 19 de julio de 2009

El 19 de julio de 1937 se inauguró en Munich la exhibición llamada, por el régimen nazi, Arte degenerado.

Exponían los artistas Marc Chagall, Paul Klee, Piet Mondrian, Max Ernst, Wassily Kandinsky, entre otros 112 pintores que fueron presentados a través de sus creaciones de un modo burlón, y frecuentemente acusados de formar parte de una conspiración judeo-bolchevique contra el Tercer Reich.

Esta exposición, que mostraba más de 600 obras, recorrió Alemania y fue el punto resultante de descolgar de los museos de ese país más de 16.000 piezas consideradas, por lo menos, alejadas del llamado arte heroico, o sea aquel que mostraba lo grande, noble y puro racialmente que, según ideólogos como Joseph Goebbels, era el pueblo alemán.

Por supuesto, esa idea involucraba todas las vanguardias de la época, como el dadaísmo y surrealismo, y se extendía a la música, más precisamente el jazz, hasta el punto en que también se prohibían películas que lo incluyeran en su banda sonora.

sábado, 18 de julio de 2009

18 de julio- Pasteur 633 - 9.56 AM - 15 años ya-


No te equivoques otra vez.
No rechines los dientes en las noches.
En esa franja incierta
donde habitan los nombres
deambula el sueño atroz,
llamarada agonizante.
Te preguntas ¿por qué?
El sueño no devuelve certezas.
Esperaras.
Las manos volverán de su destierro
incautas de destino.
Volveran para recordarte
la palabra sagrada,
impronunciable,
el aliento de las cosas,
el camino que nunca termina.
Volverán para seguir tejiendo la vida
en los ojos de los hombres.

Alicia Smolovich
Diario Clarín - 19 de diciembre de 1994
Suplumento de Arquitectura, ingenieria, planeamiento y diseño.
Convocatoria "Construccion de la memoria"

Una conmoverora historia - Diario clarín - 16 de julio 2009

Es sobreviviente de Auschwitz y a los 81 años terminó su doctorado
Eliezer Schwartz hizo su tesis sobre el origen de los campos de concentración.

http://www.clarin.com/diario/2009/07/16/sociedad/s-01959313.htm

Por: Demian Doyle

Medio siglo. Ese tiempo había transcurrido desde que Eliezer había dejado atrás el horror. Pero los años como prisionero en Auschwitz habían quedado en un rincón de su memoria. Fueron sus nietos los que insistieron hasta convencerlo de plasmar sus vivencias en un documento que trascendiera sus días. Así, Eliezer Schmartz decidió cerrar el círculo. Sus recuerdos, verdaderos registros históricos en primera persona, se convirtieron en una teoría sobre el trabajo forzado en los campos de concentración del nazismo y su relación con el desarrollo industrial. Entonces su propia historia de vida alimentó la tesis que le permitió, a los 81 años, obtener el doctorado en planeamiento urbano en la Universidad de Haifa, al norte de Israel.

Al definir su propia vida, Schwartz no duda en asegurar que "nunca tuvo un curso lineal ni lógico". Y es cierto. Con sólo 16 años cayó en manos del ejercito nazi y fue trasladado a Auschwitz. Luego pasó un año yendo de un campo de concentración a otro. Su liberación llegó junto con el final de la Segunda Guerra Mundial. "Decidí volver a mi pueblo en Hungría, pero como ningún miembro de mi familia había vuelto, me fui a Israel", explica Schwartz.

Su derrotero por los campos de concentración nazis le permitió conocer de cerca su funcionamiento. Y aunque admite que intentó distanciarse emocionalmente de su historia personal, sus experiencias le dieron un valor agregado a su tesis. "Yo trabajé en la adaptación de minas para industrias subterráneas. Estuve allí. Conozco de qué manera se manejaba todo el proceso porque mi familiaridad con el tema es de primera mano. Esa es una fuente de información a la que ningún otro historiador tiene acceso", explica.

Pasaron casi 57 años hasta que Eliezer se decidió a hacer algo con todo este caudal de experiencias y planteó una incógnita que siempre había rondado su mente: de qué manera se relacionaba el campo de concentración de Auschwitz con la instalación de un parque industrial de gran magnitud a tres kilómetros de distancia.

La tesis, denominada "Trabajadores forzados en el Tercer Reich", plantea que el origen de los campos de concentración está directamente relacionado con la instalación de nuevos polos industriales. Y que este proyecto de industrialización del nazismo demandaba trabajo esclavo.

De acuerdo al trabajo de Schwartz, la cantidad de prisioneros en Auschwitz tuvo un crecimiento exponencial a partir de 1940 y este mismo proceso se reflejaba en los libros internos de la fábrica: se necesitaban más y más obreros. En palabras de Schwartz, "este proyecto tuvo una contribución crítica en el crecimiento de la capacidad de Auschwitz y en su transformación en un reservorio de fuerza de trabajo para la industria nazi y posteriormente, en un centro de exterminación".

El interrogante final que plantea Schwartz es porqué fueron necesarios tantos trabajadores esclavos. La respuesta radica en un manejo poco profesional y la falta de capacidad organizativa de los alemanes. "De todas formas, esto es incomprensible, si consideramos que se trataba de un complejo industrial alemán", desafía Schwartz. "Para entender cómo es posible que personas consideradas tan meticulosas y precisas puedan hacer el trabajo de manera tan desorganizada, tendrán que leer el estudio", finalizó el hombre que a los 81 años pudo finalmente sacar las fantasmas de su memoria.

viernes, 3 de julio de 2009

Este lunes 29 pasado cerramos nuestra segunda temporada. Tercera en realidad si nos remontamos a las funciones realizadas en el 2007 dentro del ciclo "TRICICLO" de Espacio TBK donde fue el inicio de este recorrido.
En todo este largo tiempo de trabajo "Un JUDIO polaco" se transformo en la herramienta que nos permitio decir y pensar, que nos permitio poner en pie el cuerpo, que nos permitio pensarnos.
Los testimonios de Berek y de Claudio Frydman fueron fundamento donde poner nuestras voces, donde sumar imagenes propias. Origen y punto de partida.
Seguiremos unidos a esas voces. Volveremos seguramente a ellas porque ya son nuestras de alguna manera.El viaje continua.
Gracias a todos los que nos acompañaron con su mirada y su devolucion.
Seguimos en obra,en camino,seguimos, proponiendonos ahora un nuevo montaje y sabemos que volveremos una y otra vez a este entrañable "Un JUDIO polaco"
Hasta la proxima.

HOMENAJE A LAS VICTIMAS DEL HOLOCAUSTO

Diario CLARIN - 3 de Julio 2009
CULTURA: HOMENAJE A LAS VICTIMAS DEL HOLOCAUSTO
Imágenes y recuerdos, en una muestra sobre el horror en Polonia
El fotógrafo Dani Yako visitó el pueblo polaco de su abuela y el campo donde fue asesinada su familia.
Por: Juan Carlos Antón
Fuente: ESPECIAL PARA CLARIN

Miran serios a la cámara y están rígidos como el almidón de su ropa. Es Polonia en los años veinte. No saben que dentro de unos años algunos de ellos serían asesinados en un campo de concentración a manos de los nazis. La historia de la imagen, trágica, es recordada ahora por uno de sus descendientes, el fotoperiodista Dani Yako, quien el martes inauguró en el Museo del Holocausto porteño su muestra Un viaje. "Siempre me había gustado esa foto, la tenía en mi mesa de luz. Se mandaban a la familia que se había ido. Eran como una tarjeta postal. Los de arriba se salvan y los de abajo, los más chicos que se quedan, murieron. Eran mi bisabuelo, mi bisabuela y mi tío. Con mi abuela, que también aparece ahí, no se podía hablar del tema", cuenta.

Yako -jefe de fotografía de Clarín- viajó con esa imagen en 2007 hasta Telaki, el pueblo de su abuela donde se sacó la foto y luego hizo los tres kilómetros a Treblinka, el campo de exterminio nazi donde sus familiares fueron asesinados. Puso la famosa foto familiar sobre una de las piedras del memorial que se levanta en el lugar y disparó con su cámara. Claro que no le resultó nada fácil: "En teoría, es la foto más fácil de la muestra. No es complicada pero en el momento no la podía hacer. Me temblaban las piernas. Anochecía. Cuando volví al hotel, estaba exhausto". Tanto fue así que esa noche al verlo en un restaurante, lo interrogaron y casi lo detienen.

El momento le hizo recordar a su propia historia: Yako estuvo secuestrado en la última dictadura y debió exiliarse. "El tema judío nunca había sido tan importante ni lo es en mi vida. Mis padres y mi familia son comunistas, pero hubo una serie de circunstancias como cuando estuve secuestrado: me pegaban el doble por ser judío. Sin dudas, tiene que ver con mi historia y todo se apareció muy fuerte en Polonia", asegura.

Otra foto central de la exposición es el autorretrato de Yako, que tomó en el campo de concentración de Auschwitz. "Mientras sacaba fotos de las pilas de zapatos de las víctimas, sobre el vidrio que me separaba vi reflejada mi imagen y disparé. La foto está lograda pero con esta muestra no quiero algo autorreferencial. Tengo mis dudas sobre si es válido o no lo que estoy haciendo, porque finalmente es una aproximación estética. Me gustaría que no se viera como algo relacionado sólo con el pueblo judío. La idea es pensar en cómo el ser humano puede llegar a ese horror. Es una decisión. Eran gente muy formada", dice.

La exposición está compuesta por nueve fotos en blanco y negro y es el primer trabajo "abstracto" de Yako. "No hay gente como centro de la imagen. Siento que es un homenaje a las víctimas del Holocausto y de otras persecuciones. Lo veo como un instrumento. Ojalá que la gente pueda reflexionar", comenta.

Al volver de Polonia, el trabajo se publicó en Viva en 2008, en el día de la liberación de Auschwitz. "Pasó algo raro -recuerda Yako-. Se juntó mucho la familia a partir de estas fotos. Mi madre se las mandó a los descendientes de la foto en Israel. Ellos sintieron que yo había llevado la foto por todos. Esa era la idea. Todos querían hacer este viaje y me tocó a mí". w

jueves, 21 de mayo de 2009

Pagina 12


El país | Martes, 28 de Abril de 2009

La experiencia de diferentes directores de memoriales sobre el Holocausto

Mostrar el horror no es suficiente

En un seminario organizado por la Secretaría de Derechos Humanos, expertos analizaron cómo deberían funcionar los museos de la memoria para generar una mirada autocrítica en los visitantes y evitar la simple atribución del mal a los otros.


La entrada al campo principal de Auschwitz, donde ahora funciona un museo que abarca 190 hectáreas.

Por Laura Vales

¿Cómo debe funcionar un museo de la memoria? ¿Consiguen los memoriales que el visitante cambie, o delegan siempre en otros –los nazis, los dictadores, las fuerzas de ocupación– toda la maldad, restringiendo el pensamiento crítico sobre la propia capacidad de dañar? Yariv Lapid, del Memorial de Mathausen (Austria), propuso la pregunta con un aire de desafío. A su lado estaba sentada la subdirectora del Museo de Auschwitz. Fue en un seminario internacional realizado en Buenos Aires, donde directores de memoriales sobre el Holocausto contaron sus experiencias a un público integrado, en su mayor parte, por quienes trabajan en el armado de los espacios para la memoria argentinos.

El encuentro fue organizado por la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y reunió a expertos europeos durante la semana pasada. Lapid, el más ácido de los expositores, trabaja en el diseño de una nueva infraestructura pedagógica del Memorial de Mauthausen, donde funcionó el mayor campo de concentración nazi en territorio austríaco. Fue desde este rol que contó una serie de casos reveladores no sobre la memoria sino sobre los mecanismos del olvido.

El Memorial de Mauthausen fue el mayor campo de concentración del nazismo en Austria. Tenía, contó Lapid, cuarenta subcampos dentro del territorio austríaco, algunos de ellos en Viena, la capital, aunque este dato no quedó registrado en la memoria colectiva. Los subcampos eran generalmente lugares donde los industriales habían montado fábricas de armamento de guerra que utilizaban a los prisioneros como trabajadores esclavos. Por eso, los civiles de cada población tenían conocimiento de la existencia de los prisioneros y contacto con los campos.

Después de la guerra, en Austria más de 130 mil personas fueron declaradas culpables de participar en crímenes del nazismo. Sin embargo, en 1957 el gobierno austríaco los indultó a todos en nombre de la “integración” de la sociedad.

Lapid les pidió a 24 estudiantes del Memorial de Mathausen que hablaran con sus familias sobre sus recuerdos de la guerra. “El 80 por ciento tenía un subcampo en su pueblo, pero lo desconocían. Los estudiantes viajaban 50 kilómetros para aprender cómo funcionó el campo de concentración de Mathausen, mientras tenían un subcampo en su localidad que había sido borrado del recuerdo. Todo estaba delegado en Mathausen.”

Otro ejemplo del mecanismo de delegación relatado fue el documental El abuelo no era un nazi, resultado de unas 300 entrevistas realizadas en Alemania para investigar qué historias se contaban en el interior de las familias. En los casos donde un abuelo había participado en crímenes del nazismo –apuntó–, este familiar “siempre se convertía en un virtuoso para la tercera generación”. La familia cambiaba su historia: “Aun cuando la persona había sido juzgada y condenada, el relato familiar decía cosas como: era un excelente padre”, o argumentaba que estando con los nazis había tratado de salvar vidas humanas. El mal era siempre ejercido por los ajenos. “Los entornos íntimos quedan como no contaminados por el mal.”

Para Lapid, los memoriales tienden a repetir este mecanismo de delegación. “Cuando contamos que los que perpetraron crímenes eran gente común, esto provoca conflictos internos. A nosotros nos gusta hacer una propuesta a los estudiantes en un taller en el que buscamos que cada cual pueda admitir su propia maldad potencial. ¿Podemos ser todos potenciales malvados? ¿Está entre nuestras capacidades hacer ese tipo de cosas?” Pero esto no es la regla. “Los memoriales son lugares bastante ambiguos, porque su éxito depende del fracaso del visitante, y no sé si eso es algo que realmente estemos consiguiendo. Lo que aplicamos en ellos sigue siendo, casi siempre, la delegación.”

Que Auschwitz no sea Disneylandia

El Museo de Auschwitz tiene una extensión de 190 hectáreas en lo que fue el campo de concentración. Su subdirectora, Teresa Swiebocka, señaló que Auschwitz es un cementerio sin tumbas y un centro educativo. En su zona aledaña hubo varias fábricas, entre ellas la que fue la fábrica de químicos más importante de Europa, donde se llevaba a trabajar a los prisioneros. En el museo hay materiales sobre los movimientos de resistencia que hubo dentro de Auschwitz, están las ruinas de lo que fueron las cámaras de gas y la documentación generada durante los juicios posteriores a los nazis. Hay también espacios donde la gente hace ceremonias religiosas. La gestión del lugar consiste en unir todos esos registros.

El museo fue creado a instancias de los sobrevivientes (cuando se liberó el campo de concentración había en él unas siete mil personas), quienes montaron la primera exposición en el lugar en 1947, dos semanas antes de que se sancionara la ley para su creación. Los debates sobre cómo debe funcionar son permanentes. Uno de ellos es si restaurar las instalaciones destruidas por los nazis, para mostrar cómo funcionaban, o dejar todo tal cual está. Sucede que los responsables del campo, en sus últimos días, desmantelaron los crematorios para destruir toda evidencia de los crímenes. Donde estaban las cámaras de gas dejaron ruinas.

“Unos querían reconstruir los crematorios con todos los detalles, y otros, por el contrario, dejar el sitio tal como está, con el planteo de que el sitio original, aunque esté en ruinas, es mucho más importante que una reconstrucción”, dijo Swiebocka. Y de hecho, aunque se reconstruyeron algunos sectores –cuenta– ésta ha sido la posición predominante.

–¿Por qué?

–Porque no queremos tener nada artificial. No queremos hacer una Disneylandia –apuntó la subdirectora a Página/12.

El tema tiene, de todas maneras, aristas sin resolver. Una de ellas es que hay sectores donde las ruinas –contó Swiebocka– están colapsando lentamente. “No sabemos cuál es la mejor solución”, se sinceró ante el auditorio.

Hay sectores que se han preparado para mostrar a los visitantes las condiciones de existencia de los prisioneros y cómo era la vida en el campo, incluido el proceso de exterminio. Montar estas exposiciones implicó decidir qué iban a mostrar y qué no. “Primero que nada, no queremos mostrar cadáveres. A veces es necesario y ponemos fotos, pero la gente tiene que entender, sin imágenes de esos horrores, que hay toda una generación perdida. Es importante que los visitantes sientan ese tipo de empatía”, señaló Swiebocka. “Mostramos, sí, los objetos encontrados después de la liberación. Cuando el visitante ve dos mil valijas, ochenta mil zapatos, la imaginación puede comprender la magnitud de lo ocurrido. Al mismo tiempo queremos mostrar también la individualidad, la historia de una valija.”

En Birkenau, el sector de Auschwitz donde fueron asesinadas la mayoría de las víctimas, se decidió dejar el terreno del campo intacto. Allí se montó una sola exposición en el edificio conocido como Sauna, lugar donde se registraba y se hacía la desinfección de los prisioneros recién llegados. En el Sauna se dejaron las paredes en su estado original, pero sobre el piso se colocó un vidrio especial para que los visitantes no caminaran encima del original. En los lugares abiertos de Birkenau se colocaron carteles que son a la vez de explicación y de conmemoración, con fotos, por ejemplo de las mujeres caminando a la cámara de gas. Para Lapid, exponer a los visitantes a la visión de las atrocidades no necesariamente los sensibiliza. “La mayoría de las exposiciones tienen que ver con mostrar imágenes, fotos, relatos visuales. Creemos que las personas cambian con sólo verlos, y no es necesariamente así. La verdad es que no entendemos ciento por ciento cómo representar la tortura y los asesinatos, pero podemos decir algo con seguridad: mostrarlos no es suficiente.”

martes, 14 de abril de 2009


2da Temporada.
Volvemos. Ahora los lunes. Desde el 4 de mayo.... Un JUDIO polaco. Los esperamos, Recuerden que por las caracteristicas de la sala hay que hacer reservas,

miércoles, 1 de abril de 2009

lunes, 16 de febrero de 2009

Llegamos de "La Feliz". Mar del Plata, ese bastión del aluvión turistico, emblema del verano vacacional.
Ahi estuvimos luego de ser seleccionados por: Maria José Lubertino (Presidenta INADI), Pedro Mouratian (Vicepresidente INADI), Alejandro Tantanian (dramaturgo), Maruja Bustamante (Dramaturga), Greta Pena (Directora de Prevención e Investigación de Practicas Discriminatorias, INADI) y representando a Capital Federal en el Festival "Arte contra la discriminación" organizado por el INADI.

Arte contra la Discriminación 2009

9, 10, 12 y 13 de febrero, NH Gran Hotel Provincial, Bvd. Patricio Peralta Ramos 2502, Mar del Plata

- PROGRAMACION –


Lunes 9 de febrero:

15hs. Apertura y brindis. Salón Circular NH

17hs. Obra DARSE CUENTA, de Daniel Marcove. Con Víctor Laplace y Virginia Lago.

21,30hs. "Sobre Ruedas"(Jujuy)- Sala 2- Salón de las Columnas NH
Sobre Ruedas aborda el universo de los adolescentes, sus relaciones, sus posturas frente a la amistad, el amor, el estudio, la discriminación y la sociedad. En sus tardes de Chat, Caro conoció a Tomás, su nuevo amigo virtual. La conexión entre ellos es mágica, divertida y profunda. Pronto llegará el momento de conocerse cara a cara. Caro descubrirá el secreto de Tomás y lo que parecía un romance en puerta tomará para ambos el camino de la duda y las contradicciones.

Director: Sergio Sebastián Díaz Fernández
Elenco: María del Rocío Aguilera; Noelia Anahí Hurtado; Ana Gabriela Ríos; Isaías Marco Antonio López; Tomás de Urquiza; Alberto Joaquín Ramos.
Asistente de Dirección: Miguel Bernardo Brunetti

23hs. "Muta" (Mendoza)- Obra de teatro- Sala 1- Salón de las Columnas.
Buscar qué ser, quién ser. Hablar de la vida, esto es la vida, nuestra vida. Estos temores ante el vacío, no encontrar palabras, sólo balbuceo que anula mi acción. “¡Crece!”, me dice todo lo que me rodea, y digo: ¿Para qué? ¡Crece!”, dicen… ¿Cómo hago? La obra irá transitando por diferentes cuestionamientos: de las tradiciones (culturales y religiosas), las máscaras sociales, las represiones sexuales, las diferencias (estéticas, de género),
Director: Daniel Massa
Elenco: Daniel Bustos, Tania Casciani, Laura Cortes, Gisela Di Lauro, Carolina Duarte, Estefanía Ferraro, Lisandro Gómez, Mariela Locarno, Gisel Miranda, Natalia Moro, Diana Moyano, Lucas Nasrala, Mónica
Ocampo, Josefina Ormeño, Melisa Orquera, Silvana Paola Ortiz, Natalia Pelleritti, Diego Quiroga, Tamia Rivero, Bárbara Rodríguez Suoni. Asistente de Dirección: Ana Pistone.
Técnica: Marina Sarale.


Martes 10 de febrero:

19hs. "La pieza del fondo" (Salta) - Sala 1 - Salón de las Columnas NH
Yokasto reveló ante la sociedad un sueño prohibido que tuvo con una vecina, es sometido a un interrogatorio en la comisaría del barrio. La madre exige justicia y el comisario es el garante de que esto suceda.
Director: Juan Carlos Sarapura
Elenco: Ana Carolina Beltrán,
Mariano Leopoldo Madrazo
Pablo Gustavo Lenes
Juan Cruz Cárrega
Laura Patricia Peralta
Patricia Elizabeth Pérez.
Asistente de direccion: María Belén Carballo


20hs. "Personalmente Einstein"(Tucumán) - Sala 2- Salón de las Columnas NH
La obra es una recorrida por la vida y los aportes científicos y humanos de Einstein,
con mucho humor y sabiduría. A partir de un motivo válido para romper "la cuarta
pared", el actor dialoga directamente con el público. Obra: Personalmente Einstein.
Director: Leonardo Goloboff
Elenco: Juan Tríbulo
Asistente técnica: Mónica Lobo


21,30hs. "Que onda con Borges" (Provincia de Buenos Aires)- Sala 1 - Salón de las Columnas NH
El nombre sacralizado de Borges es una excusa. Matías Occipinti no se permite sutilezas y ataca a Rosita, “la Renga Díaz”, sin piedad, secundado por compañeros. La docente desvía la mirada e intenta en vano continuar con la clase... ¿Hasta cuándo?
Director: Marcos Arano
Elenco:
Ada Dorrego
Angela Camaño
Cintia Gutierrez
Melisa Tivolesi
Mario Reynoso
Asistente de Dirección: Federico Costa
Técnico: Ignacio Jiménez

Miércoles 11 de febrero:

Clínica Maruja Bustamante. En Hotel Hermitage. Av. Colón 1643 y Blvd. Marítimo, Salón del Mar. Horario a definir.

Clínica Mosquito. Horario a definir. En Hotel Hermitage. Av. Colón 1643 y Blvd. Marítimo, Salón del Mar. Horario a definir.

Jueves 12 de febrero:


19hs. "Los inútiles" (Entre Ríos) -Sala 1 - Salón de las Columnas NH
El aprendizaje, el pasaje de la niñez a la adultez permeado por el poder y las relaciones de dominación elige como ámbito metafórico un orfanato. Sustitución y tortura. Castigos dentro de las paredes interiores como forma de manifestar la violencia, de encarnarla. Y aun así, el deseo de reconstruir una verdad, una identidad a través de fragmentos, el relato como una forma de supervivencia.
Director: Oscar Lesa
Elenco: Carolina Rodríguez; Cristina Witschi; Alicia Herman; Amelia Uzín; Guillermo Vesco; Oscar Lescano.
Asistente de Dirección y espacio: Pablo Rolandelli
Técnico y Música original: Sergio Scacchi


20,30hs. "Un judío Polaco" (Ciudad Autónoma de Buenos Aires) -Sala 1 - Salón de las Columnas NH
Un hijo toma la voz de su padre, un sobreviviente polaco de los ghettos de Pabianice, Lodz, y de los campos de Auschwitz, Mauthausen y Gusen II. Intenta construir su historia, volver a escribirla. Encontrar una hipótesis o tal vez…un poco de orden.
Director: Alejandro Mateo
Asistente de Dirección: Cinthia Chomski
Elenco: Nicolás Mateo, Walter Rosenzwit, Héctor Segura
Técnicas: Pamela Vargas, Cristina Lahet

22,00hs. "L´acqua e finita" (Corrientes) - Sala 2- Salón de las Columnas NH

Ambientada en algún lugar del Acuífero guaraní. Los personajes de la obra, dejan transcurrir su vida en los oficios cotidianos, lejos de la “ciudad”. Lejos de los privilegios de la misma y las tentaciones que ofrece. Un día, su suelo cobra un valor para ellos desconocido: es una gran reserva de agua. Es el futuro, hoy. Que tienen que defender, de aquellos que intentan vulnerar sus derechos.
Director: Thierry Calderón de la Barca.
Elenco: Thierry Calderón de la Barca; Franco Fontoura y Lucy Paz
Sonido: Margot Thierry
Música en vivo: Silvia Beatriz Romero.
Iluminación : Herminio de Jesús Moreira.
Diseño de Vestuário: Lucy Paz.

Viernes 13 de febrero:

19hs. "La niña invisible" (Río Negro)- Sala 1 - Salón de las Columnas NH
Si no somos amados, vamos desapareciendo ante la mirada de los otros. Si somos maltratados, queremos ser menos visibles hasta volvernos...invisibles.
Director: Jorge Onofri
Elenco: Dardo Sanchez, Liliana Ester Godoy y Silvina Lucila Vega.
Asistente de Dirección: Ileana Brotsky


20,30hs. "Voces blancas" (Salta) -Sala 2- Salón de las Columnas NH
Unipersonal, la obra comienza con el funeral del joven Julián, el que se suicida frente a la presión de todo un pueblo que lo acusa a partir de una calumnia. La obra plantea la exclusión social como terreno fértil para ejercer la autodestrucción y la muerte de los inocentes como sacrificios para limpiar los actos del resto de las personas.
Director: Sergio Cancelliere
Elenco: Miriam Díaz.
Técnico: Germán Tolaba.


21,30hs. "Días de libertad" (Santiago del Estero) -Sala 1 - Salón de las Columnas NH
Días de Libertad es un trabajo realizado dentro de un formato de taller actoral en base a improvisaciones de integrantes sin experiencia teatral previa que experimentan múltiples situaciones de vida. Suma a ello la creación de un guión teatral escénico hecho por el director. La puesta apunta a contar una historia en torno a la discriminación, la soledad, el desamor, el paso inapelable del tiempo y el constante pedido de reflexión y deseo de aceptación por parte de la sociedad.
Director: Fabián Avalos
Elenco: María Marta Contreras - Luisa Paz - Sandra Castillo - Laly Rolón
Asistente técnico: Daniel Verduc
Idea, libro y dirección general: Fabián Avalos
Asistente de dirección y arreglos de guión: Mónica Nazareno


23,00hs. "Se nos voló" (Córdoba) -Sala 2- Salón de las Columnas NH
Paloma y Oscar intentan llevar adelante una representación. Paloma presiente que es el día de su muerte y quiere terminarlo haciendo la mejor actuación de su vida. Oscar la acompaña. La muerte, la senilidad y el delirio rondarán.
Directora: Julieta Daga
Elenco: David Piccotto
Laura Ortiz
Asistente de dirección: Pablo Bortis
Técnica: María Eugenia Pérez